Info Adicional
Aunque han pasado bastantes años desde que en 1930 Don Miguel Lucena Márquez se embarcara en la dura y ardua tarea de poner en pie un centro de estudios como nuestro colegio San Miguel, los valores no han cambiado.
A pesar de los años, en nuestro colegio el sistema educativo, la intención, la energía, los valores y los objetivos son los mismos.
Cada mañana el profesorado se entrega a la delicada tarea de formar personas y tenemos la absoluta certeza de que cada maestro y maestra lo hace con total entrega y dedicación. Por ello, numerosas familias siguen contando con nosotros año tras año, confiándonos uno de los acometidos más importantes para unos padres: la educación de sus hijos.
Hoy en día toma el relevo en la dirección D. José Miguel Méndez. Comenzó la dirección del Colegio en septiembre de 1979. A través de todos estos años hasta la actualidad se ha pasado por diferentes vicisitudes pedagógicas. En esa época radicaba la EGB (Enseñanza General Básica), con enseñanza obligatoria hasta los catorce años. Posterior mente vino la LODE (Ley Orgánica de Derecho a la Educación), luego la LOE (Ley Orgánica de Educación) y por fin la LOGSE (Ley Orgánica General del Sistema Educativo). El colegio San Miguel había crecido y lo conformaban cinco edificios, contando en 1979 con seis aulas de Educación Infantil y dieci séis de EGB. Al llegar a la LOGSE, hubo que eliminar el edificio primero en su fundación por imperativo legal, contando en la actualidad con tres de Educación Infantil, seis de Primaria, dos de Especial y una de Apoyo a la Integración.
Siempre se ha mantenido el espíritu cristiano desde su fundación.
A pesar de que con la nueva ley la asignatura de religión es voluntaria, la adscripción del alumnado es del cien por cien.
Actualmente el centro está ubicado con dirección única en la calle Marqués de Nervión, número 77. Seguimos involucrando en nuestro alumnado los pilares básicos del amor, el respeto, la obediencia y el esfuerzo en el trabajo como único camino para lograr la meta de la mejor preparación para el futuro de los mismos.
Al concluir la Educación Primaria, y hasta completar la enseñanza obligatoria a los dieciséis años, nuestro alumnado continúa en el centro adscrito de Sagrada Familia de Urgel.
El ideario de nuestro Centro está basado en la formación integral de los alumnos en su triple dimensión: personal, social y religiosa.
Para lograr los objetivos que identifican al Centro, no sólo se atenderán los aspectos humanos, culturales y técnicos, sino que se comunicará progresivamente una vivencia personal y comunitaria de la fe y un sentido del deber en pro de la Justica y de los Derechos Humanos.
Nuestra tarea se fundamenta en dos principios:
- El derecho que tiene cada persona a la educación y capacitación para alcanzar su desarrollo integral.
- El reconocimiento de la dignidad y la libertad de la persona, abierta a la relación con Dios y con nosotros.
Para lograr los objetivos que identifican al Centro, no sólo se atenderán los aspectos humanos, culturales y técnicos, sino que se comunicará progresivamente una vivencia personal y comunitaria de la fe y un sentido del deber en pro de la Justica y de los Derechos Humanos.
Por último, indicar que Nuestro Centro, considerado como una Comunidad Educativa, tiene la participación de:
Padres: principales responsables de la educación de sus hijos.
Educadores: promotores del desarrollo intelectual y moral de los alumnos.
Alumnos: protagonistas de su propia formación.
Como tal Comunidad Educativa se comprometen a la aceptación y respeto del IDEARIO, así como a colaborar con el Centro, según sus funciones.
La actividad que se desempeña en centros como el Colegio San Miguel tiene anhelos y deseos muy estimables y nobles de elevar la cultura del niño a hombre y mujer capaces de colaborar unilateralmente en la educación y formación del individuo estudiante o simplemente aspirante a salir de la ignorancia de la niñez.
Educar es tener mucho amor a la profesión ya se sea padre, madre o maestro. Tener comprensión de sus obligaciones, respeto, tener paciencia a prueba de santo y con estos ingredientes se forman los primeros cimientos del hijo y del alumno. Después con la tarea del maestro que ha estudiado ciencia y "enseña queriendo", inevitablemente resulta: el buen alumno.
El alumno que no estima en su conciencia los valores familiares de amor, respeto, y obediencia por que en el hogar no han sabido inculcarles ese espíritu, por ignorancia, por blanduras sentimentales, por falta de seriedad en sus cariñosos impulsos hacia esos hijos; esos alumnos no puede culpárseles de esos dones espirituales que los pulimenta en juego instintivo, el ansia de deportes sin freno, la intoxicación del cine prohibido para menores, y tantas otras cosas…