EPA AULA DE CALA RAJADA, información y opiniones

Hablaré sobre el IES de Sahagún, ahora llamado Fernando de Castro, según la experiencia que tuve los años que trabajé en él, entre el 2020 y el 2022.
Es un instituto progre, muy interesado en adoctrinar a los miembros de la comunidad educativa con su ideología izquierdista so pretexto de estar cumpliendo un proyecto de centro con el que, al parecer, no hay opción de discrepar. Eso sí: cuidadín con los ejemplos que, como profesor, pongas en clase para ilustrar tus lecciones, que no faltarán ofendiditos para poner el grito en el cielo mientras ellos se esfuerzan en fomentar la masturbación entre los niños y las niñas (utilizo el lenguaje inclusivo que tanto les gusta) del primer ciclo de la ESO. No tardarán en celebrar la efeméride de la Segunda República, si es que no lo están haciendo ya, y a saber qué excentricidad harán cuando este año se cumpla el quincuagésimo aniversario de la muerte del innombrable. Yo, mientras tanto, esperaré a que este San Valentín me escriban una nota junto a un clavel diciéndome lo mucho que me echan de menos.
P. S.: ya publiqué esta reseña en el Google, antes de que me la borrarán por no ser suficientemente aduladora.

muxos jitanos k t amenasan a la salida

Jamás he trabajado en otro instituto con alumnos más insolentes y descarados que en éste. Intento ser suave en los calificativos para evitar denuncias, pero en realidad me gustaría escribir insultos. Más que un instituto parece un reformatorio, con un ambiente extremadamente tóxico para "educandos" (entrecomillado porque son imposibles de educar) con problemas de disciplina o dificultades en el estudio. Por cierto, creer que personas (entrecomillado por razones evidentes) de dieciséis o diecisiete años, que llevan más de trece escolarizadas y que aun así no han adquirido la más mínima noción de cómo estar en un aula o comportarse en un sitio público, todavía pueden ser reconducidas me parece, la verdad, bastante quimérico: desde luego que en este instituto no y a base de unos partes de disciplina, que lo único que les producen es risa, tampoco. Y ahora me dirijo a los padres: por favor, si alguno de sus hijos está en esta situación, sáquenlo inmediatamente de este centro para que no se convierta en uno de esos desechos sociales corrompidos a los que intenté dar clase (curso 23-24).
P. S.: ya publiqué esta reseña en el Google, pero como todas las que no son aduladoras la acabaron borrando.