Escuela de Arte dramático EÓLIA. Eixample. Barcelona

No voy a culpara a Eolia de mis fracasos, ni de lo malo que me pasa pero la verdad es que para mí estar allí fue un tanto una tortura. Es una escuela exigente que enseña una disciplina con una mentalidad de, la letra con sangre entra y lo hace desde la descalificación, la degradación, la comparación y la competencia. No soy nadie para juzgar esto, si no te gusta, allí está la puerta y yo pude haber elegido esa puerta. Pero elegí quedarme, por unos cuantos años, en un sitio en el que no me sentía valorada, en el que me sentía criticada, devaluada, menospreciada incluso humillada, además pagando por ello (y no es barata). No justifico que me trataran así, pero al final yo fui la que se quedó. Hay otras escuelas de teatro que no tratan así a sus alumnos esto lo aprendí un poco tarde. Yo quería disfrutar y allí no se va a disfrutar se va a aprender de malas maneras. Un día uno de los profesores de canto entro en el aula orgullosamente anunciando que había hecho llorar a todas las alumnas de la clase y ese es únicamente un ejemplo de varios.
Si pudiera volver el tiempo atrás probablemente volvería a entrar porque se me había metido en la cabeza que era la mejor escuela y que yo quería ser la mejor actriz. Pero si pudiera volver el tiempo atrás sabiendo lo que sé y que probablemente no seré la mejor actriz y que el teatro es para disfrutarlo no para sufrirlo elegiría una escuela menos exigente con menos prestigio en la que disfrutara más.