Información sobre Colegio SABINA MORA

El colegio Sabina Mora actual, procede de la iniciativa personal de Mª Serrano Crespo, una verdadera maestra enamorada de su profesión.

Tuvo sus comienzos en un aula unitaria donde convivían alumnos/as de varias edades, y poco a poco fue aumentando las aulas debido a la fuerte demanda de niños que querían asistir al "Colegio de Doña Maruja".

Cuando se implantó la E.G.B., María Serrano solicitó adscribirse al convenio para colegios subvencionados con fondos públicos, y consiguió el convenio para 8 unidades de Educación General Básica.

Al llegar el momento de la jubilación de María Serrano, los profesores que entonces estaban en el colegio, se plantearon seguir hacia delante con el proyecto anterior, el "Colegio Nuestra Señora de la Caridad". Para ello fue necesario formar una sociedad que pudiera hacerse al frente del colegio, y estos profesores decidieron que una forma idónea podría ser formar una cooperativa. Esto se llevó a cabo en el Registro General con el nombre de "Sabina Mora".

Llevados 10 Años de funcionamiento, los responsables de la cooperativa adoptaron la decisión de comprar unos terrenos de 15.000 m en una parte de La Unión cercana al Barrio de "El Garbanzal".

Allí se construyó el colegio actual, y sigue en funcionamiento a día de hoy.

Queremos que nuestro Centro sea un lugar cercano, familiar y seguro, donde cada niño/a se sienta acogido/a y respetado/a. Entendemos que educar es mucho más que transmitir conocimientos, es cultivar en el niño el pensamiento, el juicio, la sensibilidad, la ética, la conciencia moral, la tolerancia, el sentido de la gratitud, el arte de ser feliz… Es conseguir que cada niño desarrolle al máximo sus capacidades y crezca en todas las dimensiones, de mente y de espíritu.

Educar es una tarea compartida, la familia en este aspecto adquiere una importancia crucial. Cuanta mayor implicación tenga la familia en el proyecto educativo del centro, mejores y más satisfactorios serán los efectos sobre el niño y así conseguir una persona abierta al encuentro con el otro, que vive, integra y desarrolla sus emociones, libre y responsable, consciente de su fragilidad, abierta a lo trascendente, arraigada en la historia, abierta a una sociedad plural, esperanzada, con sentido crítico y conciencia moral, comprometida con la justicia y los derechos humanos, sociable y compasiva.

Concebimos a la persona como un ser singular, social y trascendente en continuo proceso de crecimiento y maduración. Un ser abierto a todos los valores que lo enriquecen.

La escuela es un lugar privilegiado para favorecer este crecimiento y potenciar sus capacidades físicas, intelectuales, y afectivas.

Nuestra propuesta educativa quiere ayudar al alumnado en su dimensión singular, a conseguir su propio crecimiento, aceptación y superación de sí mismo, capacidad de autonomía, decisión y sentido crítico en el ejercicio de la libertad.