Col·legi El Carmel

El colegio está cada vez peor. Pone un circo y le crecen los enanos. Llama la atención el oscurantismo y la falta de transparencia de una dirección desbordada e incapaz de gestionar adecuadamente los problemas y conflictos que le gotean incesantemente. Tienen en la ESO problemas serios de bullying grupal hacia las niñas y no son capaces de hacerse con ello. Continuamente en clase acceden a contenido inadecuado a través de las tablets que han obligado a comprar a las familias en desplazamiento de los libros de texto, y no son capaces de hacerse con ello. Hacen permanentemente publicidad del centro en las redes a costa de sacar a los menores en primeros planos, como si el fin de su marketing insaciable justificara los medios de utilizar mercantilmente la imagen de los menores. Y mientras tanto el nivel académico del colegio sigue cayendo. Quizá si contaran con datos reales de peso y orgullo, no tendrían que estar recurriendo al sharenting con las imágenes de los alumnos para intentar vender una realidad tan artificial como irreal, dejándose por el camino los datos sensibles y el derecho a la privacidad de la imagen de los niños.
Vergüenza debería darle a un colegio católico caer en prácticas tan bajas de utilización del prójimo.

Is a horrible center

Hace quince años que salí de este colegio y lógicamente todo habrá cambiado, pero me consta que algunos profesores que tuve siguen impartiendo clases como la de historia de bachillerato que hacía unas diferencias de trato que para mí me lo quedo, solo diré que esa mujer debería de tratarse los problemas personales antes de trabajar, porque literalmente si no le caes bien te mina, o la de inglés ( no sé si sigue) no era mala persona, pero era pésima en el aula, no enseñaba absolutamente nada, tenía una vocación nula y así podría seguir con alguno que otro.
No recomiendo llevar a sus hijos a este centro por su salud mental, es excesivamente clasista y una vez dentro o caes bien u olvídate. Tienen un interés por quedar bien de cara al exterior que asusta y de puertas para dentro ya es otra cosa, quién entendió... entendió.