IES Pons d'Icart, información y opiniones

Si quisiéramos retos difíciles pediríamos trabajar en cárceles o en centros de menores. En un instituto normal yo, como cualquier profesor, espero encontrar lo esperable: alumnos normales, no delincuentes. Y por cierto, no recurráis al tópico de que es nuestro deber educar a los alumnos, porque uno de dieciséis o diecisiete años, que en más de trece de escolarización no ha adquirido normas mínimas de civismo, no creo que sea educable, al menos en un centro común como éste. Nadie tiene derecho a pedirle a un profesor que triunfe donde tanto sus colegas como los padres del "educando" han fracasado.

P.D.: yo soy profesor en Castilla y León.

Yo trabajé como profesor en este instituto el curso 22-23. Mi experiencia fue positiva: libraba dos días a la semana, en mis horas libres me iba a casa por quedarme cerca, tuve un buen grupo de Latín en Primero de Bachillerato y un jefe de departamento que no se metía en mi trabajo y convocaba sólo las reuniones necesarias (y es muy de agradecer que no hiciera lo que otros: reunir a sus compañeros sólo para aparentar estar haciendo una labor trascendental). La única pega es que me tocó ser tutor de un grupo de sinvergüenzas e impertinentes alumnos de Segundo de ESO. Sin embargo, sí es cierto que la jefa de estudios principal de entonces, una tal Melina, era un poco asquerosilla. Por ejemplo, una vez me cogí una baja de un par de días por una enfermedad común, y cuando llamé al instituto para decírselo la tía no me creyó: "Hombre, la baja no creo que te haya dado", me dijo. ¿Acaso me conocía lo suficiente para dudar de mi palabra?. Hay algunos a los que estar en el cargo directivo les llena de un ego irracional: me pregunto si lo seguirán teniendo cuando lo dejan.

Flipante lo mal que tratan a mi hijo ahí lo querían echar cuanfo antes lo trataban fatal menos mal que salió de ahí flipante esto es el colmo este instituto