CEIP Manuel Castro Orellana, información y opiniones

Durante mi etapa de Educación Primaria y Secundaria tuve la oportunidad de formarme en el Colegio Maristas Cervantes de Córdoba, una experiencia que marcó profundamente mi manera de entender la educación y mi vocación como docente.

Recuerdo el colegio como un entorno muy cercano y humano, donde se valoraba no solo el aprendizaje académico, sino también la formación en valores como la solidaridad, el respeto y el trabajo en equipo. Los profesores mostraban una gran implicación con el alumnado, y fomentaban un clima de confianza y apoyo que ayudaba a sacar lo mejor de cada uno. Además, se promovían actividades que desarrollaban la creatividad, la participación y el compromiso social, aspectos que hoy intento trasladar a mi propia práctica educativa.

A nivel personal, guardo un recuerdo muy positivo del colegio. Me ayudó a construir una base sólida tanto académica como emocional, y fue una etapa en la que me sentí acompañada y motivada para crecer como persona. Sin duda, formarme allí influyó de manera decisiva en mi decisión de dedicarme a la enseñanza.

Soy padre de alumno del centro.
Sabíamos que era malo, pero ha resultado ser peor de lo esperado.
Ni un solo proyecto europeo, no hay intercambios ni salidas a otros países.
No hay excursiones de fin de curso (salen los de bilingüe a ver una peli en inglés a Segovia).
Para el profesorado, en general (hay muy escasas excepciones), lo importante es que vayas pasando de curso y te vayas para que lleguen más, como el rebaño.
Chavales con 7 pendientes que después pasan de curso, chavales que no van a clase jamás, que no hacen los exámenes finales ni entregan trabajos, pero pasan de curso porque según Fernando, las competencias sí están aprobadas (tú me dirás cómo).
Te lo ponen muy bonito todo en la reunión de inicio de curso, pero si conoces la situación, sabes de sobra que nada de lo que dicen es verdad (así no les gusta que ciertos padres molestos abran la boca delante de todos)
No se responsabilizan si los chavales se van a última hora, pero si hay una pelea en el pueblo un fin de semana les abren un parte (¿Qué?), aún no siendo su responsabilidad fuera del horario lectivo.
Si eres buen estudiante y te importa sacar buena nota, no vengas aquí, jamás se reconocerá tu esfuerzo y en cambio verás cómo tu compañero que apenas viene y al que todo se la trae al pairo (por no usar otra expresión), pasa de curso tan feliz.
Luego que si un 100% de aprobados en la PAU... claro, para 3 que se presentan...
Una vergüenza no poder optar a una plaza en Segovia solo porque este es el centro de adscripción. Una verdadera tortura para quien tiene claro desde el principio que no quiere estudiar en este centro.

Es un colegio muy grande en el que se hacen muchas actividades y dentro y fuera del colegio.